La que ha liado un cabezudo con mala hostia
Todo empezó a la sombra de un puesto de verduras durante un desfile de gigantes y cabezudos.
Venga, que la historia promete.
Un grupo de jóvenes desde lejos, a empujones, se abre paso entre la multitud para sentir más cerca la fiesta. Y claro, se produce el famoso efecto dominó, mucha gente se mueve y se va uno de los cabezudos al suelo.
Un cabezudo que se levanta y empieza a repartir “guantás” con la mano abierta a todo el que estuviera cerca. La multitud se fue apartando pero el tenía ganas seguir haciendo justicia.
Menos mal que no tenía un puesto de piedras cerca, y lo que había era un quiosco de verdura. Cogió unos tomates y los fue estrellando en los espectadores. Comenzó una batalla campal en medio de Buñol.
Es posible que el gigante cabezudo no fuera consciente aquella mañana de que por su enfado 14.000 personas lancen tomates en la plaza del pueblo.
No sé si te gusta el tomate o te gusta lanzar cosas.
Para mi la tomatina es una fiesta que celebro cada día cuando lanzo un tomate contra una rebanada de pan sobre el que dejo caer unas lonchas de jamón ibérico.
Cada mañana, desayuno celebrando mi particular homenaje al gigante cabezudo.
Aprovecho para mandarte un saludo y desearte un buen mes de septiembre.
En unos días habrá un lanzamiento, pero eso será en unos días, hoy no.
Maxi Portes
Maestro Jamonero.
Pd: el lanzamiento no será de tomate.